… Y cuando creías que Måneskin estaban reivindicando el rock’n’roll -aunque fuera en su versión menos subversiva-, su líder Damiano David se pasa al pop. De todas formas, sería un delito que uno de los cantantes más guapos de la historia no lo intentara. Él bromea con el cambio en su primer disco en solitario, sobre todo en la primera línea de ‘Mars’, cuando proclama aquello de «oh, no, el rock’n’roll ha muerto otra vez»… que no es más que una referencia a aquel día en que chilló, tras ganar Eurovisión, que «el rock’n’roll nunca muere».
‘FUNNY little FEARS’ abraza el pop en muchos registros diferentes; es un álbum actual en el sentido de que no necesita definirse entre multitud de subgéneros. ‘Mars’ suena a Lana del Rey, ‘Next Summer‘ tiene tan gran estribillo como reminiscencias de Keane, y si a algo recuerda el hit de este disco, ‘Born with a Broken Heart‘, es a Harry Styles. Con quien seguro que comparte su interés en David Bowie.
Pero es que también hay revival 90’s por la vía de Rudimental en ‘Voices’, baladas de doo-wop como ‘Tangerine’, o canciones acústicas, como ‘The Bruise’ junto a Suki Waterhouse, que cuenta con una melodía muy bonita y un fade-out que no. Lanzado no por casualidad coincidiendo con Eurovisión, una estrategia que siguen muchos ex concursantes del certamen, en su peor interpretación suena como un disco improvisado e indeciso entre varios estilos.
En su interpretación más generosa, el álbum es variado porque representa una reconocida crisis de identidad personal y profesional de Damiano David, de la que habla en ‘Voices’ («nueva casa, nuevo coche, nuevo look, nueva novia»); en la misma ‘Born with a Broken Heart’ o en ‘Next Summer’: «finjo que estoy bien, pero estoy perdido y asustado, nadie realmente me entiende / estoy bailando dentro de una banda, con todos mis demonios dentro».
El álbum se sobrecarga de baladas, lo cual no habría de ser malo per se. Lo que sí es llamativo es que algunas sean tan impersonales como ‘Sick of Myself’ o ‘Perfect Life’. La primera intenta ser Alex Turner, con un aburrido recitado de los días de la semana; la segunda ni siquiera se molesta. Parecen escritas por él en un momento muy poco inspirado, pero lo peor es que las ha escrito otra persona, Jackson Rau. Si vas a rellenar un disco hasta las 14 pistas con adiciones ajenas, ¡al menos que sean mejores que las tuyas!
Los hacedores de hits Jason Evigan y Sarah Hudson son quienes mejor han comprendido la habilidad para el pop de Damiano David y con ellos ha compuesto, de largo, los mejores temas, que además suelen ser los más divertidos: ‘Zombie Girl’, la prima buena del reciente track de Lady Gaga; la excelente y saltarina ‘Tango’, la edificante ‘The First Time’ y… también una balada, la más electrónica y final. ‘Solitude (No One Understands Me)’ presenta frases tan manidas como las del resto del disco, sobre su miedo a volar, sobre su miedo a dormir. Pero justo cuando Damiano canta «nadie me entiende, pero yo sí», es cuando mejor estás entendiendo todo lo que hace.